jueves, 12 de marzo de 2009

COMER CARNE PARA MATAR EL HAMBRE, NO EL CUERPO.


Dentro del menú diario de los bogotanos, especialmente de los habitantes de la Localidad de Kennedy, se encuentra gran variedad de alimentos. Todo tipo de granos como los frijoles o lentejas; el arrocito, el plátano maduro y la papa son los ingredientes del almuerzo o la comida en restaurantes y hogares, sin dejar de mencionar una proteína como la carne.

Frita, asada o en bistec, la carne se ha convertido en un alimento tradicional que no puede faltar en el almuerzo y menos aun en los típicos asados. “Por lo menos tres o cuatro días a la semana comemos carne porque es rica y fácil de preparar”, comentó Mireya Rodríguez, ama de casa.

Sin embargo hay que tener ciertas precauciones a la hora de comprar y consumir este alimento, ya que en caso de no contar con las medidas de salubridad y aprobación oficial necesarias para el consumo humano puede ser nocivo para la salud. Lamentablemente existen establecimientos de abasto público que comercializan carne pero que no cumplen con las condiciones necesarias para brindar un producto de calidad. Según Jenny Patricia Rodríguez, médico general de la Clínica Country, consumir carne en mal estado puede causar en el organismo humano infecciones graves como la gastroenteritis intestinal e infecciosa, amebiasis, parasitosis y cromatosis; además de la cisticercosis, parásito que se desarrolla en el estómago y que en caso de llegar al cerebro puede ser mortal. El tratamiento de dichas infecciones es complejo y varía de acuerdo con el tipo de infección adquirida, “por lo general el paciente se somete a hidratación y toma de antibióticos” comentó la doctora Rodríguez.

Nahir Granados, vendedora de carne de un reconocido almacén de cadena de Bogotá recomienda tener en cuenta algunos aspectos tales como: Comprar en establecimientos reconocidos y certificados, fijarse en que el color de la carne no sea muy oscuro, su consistencia y olor no deben ser desagradables. Además de lo anterior fijarse si está bien almacenada y refrigerada; sin elementos extraños y, por último lavarla muy bien antes de cocinarla.

Solo consuma carne si tiene la seguridad de que el producto es óptimo, de lo contrario, en lugar de matar el hambre va a matar su cuerpo.










Escrito por: Cindy Castiblanco Herrera.




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