Escenario Público se dio un paseíto por las distribuidoras de carne de la Plaza Las Flores, ubicada en el sector de Abastos de Bogotá y vaya sorpresa que se llevó.
A las 10 de la mañana del mes de abril el equipo periodístico llegó al lugar con el ánimo de verificar cómo era el manejo, tratamiento y distribución de la carne; el resultado no fue óptimo pues las deficiencias en el tema de salubridad se hacían evidentes.
El transitar de los consumidores, las voces de oferta de los productos y la reñida competencia entre los tenderos, engalanaban perfectamente las cabezas de vaca, vísceras y agua sangre tiradas en el suelo, de cemento, porque ni siquiera estaban enchapados algunos de los establecimientos.
Por doquiera que se mirara había trozos de carne reseca exhibida en bandejas con residuos de óxido, carretas llenas de las entrañas de las reses, lomos colgados sin refrigeración, carne expuesta a las bacterias del piso y cercana a los canales de aguas negras mal olientes, tenderos recibiendo el dinero de sus ventas con las manos libres de guantes que luego se disponían a tocar la próxima libra de carne para ofrecer, rostros desprovistos de tapabocas y uniformes, ya no blancos, sino marrón rojizo.
“A la orden, que va a llevar, le tengo la cabeza de marrano o la carnecita, usted dirá” ofrecía un tendero tratando de quitarle el cliente a su competencia. A unos cuantos pasos, el cuchillo afilado que apuñaba otro carnicero, deshuesaba la piel de la tercera cabeza de ganado expuesta en los pasillos a los ojos del público y colgada en una baranda improvisada de metal. En las separaciones que dividían un lugar de otro, canastas de plástico contenían más y más carne sin refrigerar y algunos pedasos de hueso que terminaban devorados por el apetito feroz de un perro que muy seguramente, así como los consumidores, acostumbra a visitar el lugar.
Más que propicias son estas condiciones en las que se encuentra almacenada la carne para que se desarrollen grandes cultivos de bacterias que si bien, no han enfermado a ninguno de los consumidores, pues ninguno de los que compra allí se queja, no quiere decir que no estén exentos de adquirir una infección en cualquier momento ya que es evidente la insalubridad del lugar. La doctora General de la Universidad Santo Tomás, Karen Estupiñán aseguró claramente frente a dicha situación que la carne ya viene provista de bacterias propias del animal que fue sacrificado y adicionalmente cuando la manipulación, almacenamiento y/o tratamiento de la misma es deficiente, las posibilidades de foco de infecciones y desarrollo de bacterias son mayores; “al ser ingerido este tipo de alimento puede causar graves molestias al sistema digestivo y dependiendo del tipo de bacteria las complicaciones son mayores al punto de requerir hospitalización y tratamiento” reiteró Estupiñán.
“Ustedes nos están grabando” gritaba exaltada una carnicera de la plaza cuando sorprendió a uno de los integrantes de nuestro grupo periodístico tomando registros del lugar. Rápidamente se logró salir de la situación con los equipos a salvo, pero sin embargo, una integrante fue abordaba por los carniceros quienes la remitieron a la administración del lugar, “ustedes no pueden tomar fotos, ni grabar aquí” decía la administradora, cuyo nombre no quiso divulgar. Con el firme argumento de que allí no se puede grabar porque han sido víctimas de robos a los establecimientos, dicha mujer pretendía buscar evidencias que pudieran ser eliminadas. Finiquitado el hecho, aquellos argumentos dejan al escarnio público, la duda de si ¿en verdad han sido víctimas de robos o por el contrario quieren esconder aquello que no esta funcionando bien?, porque como dice el dicho, el que nada debe…
Ahora bien con el conocimiento de la notable insalubridad en la Plaza de las Flores, otras incógnitas crecen ¿Dónde están las entidades encargadas del control y vigilancia en estos casos como son, la Secretaría de Salud y el INVIMA? ¿Qué pasa con los expendedores que se atreven a vender carne que no esta siendo adecuadamente manipulada? ¿Por qué los consumidores compran allí sin ningún problema si es evidente que la salubridad es deficiente?
Para resolver éstas dudas y establecer acuerdos y soluciones, Escenario Público está preparando un debate público en la Universidad Santo Tomás, el cual será debidamente informado los próximos días, recuerde que es indispensable contar con su presencia y comentarios.
Por: Cindy Castiblanco Herrera.