domingo, 12 de abril de 2009

Para no pecar en Semana Santa - Reportaje

Colombia es un país muy religioso, por ello, la semana mayor o semana santa que refleja el sacrificio de Jesús en la cruz, es celebrada por los creyentes con una dieta especial y con unión familiar. Desde siempre, las familias capitalinas utilizan el jueves y viernes santos para reunirse en familia y por el contrario al ayuno, disfrutar de grandes banquetes preparados especialmente con pollo y pescado.

Desde el inicio de la semana, las amas de casa planean los platos que van a cocinar, los ingredientes que necesitarán y la carne que van a utilizar. En la Localidad de Kennedy el sector más reconocido y famoso entre la población por la calidad del pescado es la Plaza de las Flores.

Este lugar se encuentra ubicado a un costado de Corabastos y sobre la Avenida de Las Américas, allí se puede conseguir todo tipo de alimentos, verduras, frutas, carne, pollo y pescado. No obstante, daré prioridad al tratamiento del pescado y a la salubridad de éste. Alrededor de la plaza existen una serie de carretas en las que se ubican vendedores ambulantes de pescado, en ellas se puede conseguir desde truchas o bagres hasta nicuros y mojarras, para todos los bolsillos.

Lógicamente las carretas no tienen ningún tipo de adaptación a neveras o sistemas de frío, por el contrario, la única protección de los peces al clima y a los microorganismos del ambiente son grandes bloques de hielo, que a las 2 de la tarde se empiezan a derretir y permiten que la carne tenga un contacto directo con la superficie de las carretas. Según Wilson Jurado, ingeniero de alimentos y gerente de Carnes Angus “Toda carne debe estar refrigerada, dependiendo de si es de cerdo, de res, de pollo o de pescado; se decide la temperatura. Sin embargo, lo más importante del proceso es no romper la cadena de frío, para que no quede expuesta a contaminarse de bacterias y microorganismos”.

Al detectar y comprobar el trato del pescado en el sector, se le preguntó a una de las amas de casa por qué compraba allí el pescado y cómo sabía que lo que adquiría era un producto de buena calidad, Esperanza Rodríguez, comento al respecto que “todo el mundo sabe que aquí el pescado es fresco, barato y bueno, de eso uno se da cuenta por el brillo de los ojos y la textura de las escamas. Llevo comprando aquí el pescado toda mi vida y nunca me ha pasado nada”.


En consecuencia, decidí comprar una mojarra de aspecto dudoso (según mis conocimientos teóricos), para enviarla a analizar microbiológicamente en un laboratorio especializado, sin embargo, al llegar a mi casa y examinarla detalladamente descubrí que tenía todas las características de una mojarra normal y que a pesar de las circunstancias estaba sana y en buen estado ¿Será que las condiciones de de salubridad de los vendedores ambulantes de la Plaza de las Flores son adecuadas para la venta de pescado?

En resumen, el costo promedio de una mojarra mediana es de $3.000 en Las Flores, mientras que en almacenes como Carrefour o el Éxito es de $4.500, lo que comprueba que las personas buscan la economía y dejan de lado la forma como se expone el pescado en la plaza, pues lo primordial es poder comer pez en semana santa y por sobre todo, no pecar, ni dejar pecar al bolsillo.



Hecho por: Natalia Pinilla

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